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Mostrando entradas de enero, 2011

La información de interés público y del interés del público

“Tenemos la televisión que nos merecemos”. Es una de las frases más utilizadas por los ciudadanos para justificar los contenidos de ínfima calidad de la mayoría de canales que se emiten actualmente en televisión. Pero cuánto hay de verdadero en ello y cuánto de tópico. Es cierto que la televisión ha ido evolucionando de forma muy negativa desde que aparecieran los dos canales privados nacionales gracias a la Ley de televisiones privadas de 1988, que supuso, además, la ruptura del monopolio de RTVE. La  aparición de la televisión digital terrestre (TDT), que tuvo como consecuencia la ampliación de la oferta televisiva, parece no haber mejorado la calidad de la televisión. Si bien es cierto que hay que encontrar una respuesta a la progresiva degradación de la televisión en España, hay que tener en cuenta también que, gracias primordialmente a la televisión pública, es todavía posible disfrutar unos contenidos audiovisuales de notable calidad. En la dualidad de la televisión  los concep

Cuando el menor es parte de la información

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La protección de los menores en los medios de comunicación es un debate abierto  que todavía parece no tener visos de resolverse pronto. Ya que, la cuestión de cómo proteger a los menores cuando son protagonistas de algunas informaciones, evoluciona de forma paralela a la sociedad. Pues sólo el mero hecho de considerar que es ser “menor de edad” ha cambiado a lo largo de la historia. Actualmente se tiene más consciencia de la infancia y de la protección de los niños para su óptimo desarrollo mental y físico. Lo que incluso puede caer, inconscientemente, en una sobreprotección del menor. Lo cual no quiere decir que esta sobreprotección tenga lugar en los medios. En España el sensacionalismo y el afán por conseguir la exclusiva han provocado que los medios, sobre todo televisivos, hayan pasado por alto los derechos de los menores.  El caso de Marta del Castillo, una joven sevillana de 17 años desaparecida en el año 2009, es un claro ejemplo del uso sensacionalista de los menores. La pre