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Mostrando entradas de marzo, 2014

Cuando la amabilidad brilla por su ausencia

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- Tienen “eighteen keys” (intraducible) -¿Perdón? -“Eightenn key” (lo repite de nuevo con tono de hastío) -Mmm…creo que no. -¿No sabes de lo qué te estoy hablando, no?- Pregunta con aire entre enfadado y de superioridad. -No, no es eso, es que no me suena que vendamos eso. -Vale, vale déjalo me voy. Adiós. --------------------------------- A veces, y a mi pesar, he de darle la razón a Giselle con relación a los británicos. De tanto en tanto, puedes encontrar clientes muy, muy desagradables. Sobre todo cuando no entiendes lo que buscan. Como española a veces me es complicado entender algunos términos o costumbres propiamente británicas. Como el Eighteen key, una llave que se regala al cumplir 18 años. Quizás esta es una de las partes más desagradables del trabajo. Yo simplemente no les doy importancia, pero Valentina, mi otra compañera mientras trabajaba en Hammersmith, no tiene paciencia. Pero a ella no le gusta nada en general. Supongo que esa es u

Los animales también merecen que les felicites

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¿Tienen postales para perros? -¿Para alguien que se ha comprado una nueva mascota? -No, no, para el perro en sí. -Eh…no. Sólo postales para personas. -Ok, gracias. ----------- La clienta que me lo pidió, una chica joven aparentemente normal, creo que era consciente de que lo que pedía no era lo más habitual, por así decirlo, pero aún así se fue bastante decepcionada. Debo admitir que hasta la fecha es lo más raro que me han pedido. No sabía que a un perro le podría hacer ilusión una tarjeta en vez de una buena porción de carne enlatada. Estas situaciones suelen divertirme y me hacen la jornada laboral mucho más entretenida, pero a mis compañeras no tanto. Aún no he hablado de ellas. Empezaré por Giselle, simplemente porque la conocí antes. ¿Qué perro no querría una postal así? Giselle nació en una isla de Brasil llamada Florianópolis, donde estudió Psicología, y hace cuatro años que vive en Londres. Hasta ahí la normalidad. El resto, todo es peculiar en ella.

Una operación de pechos merece una felicitación

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-¿Tiene usted tarjetas para felicitar a alguien que se ha puesto tetas? -¿Cómo? -Sí, pechos nuevos. -Emm…no tenemos algo tan específico como eso. Pero espere, tengo una tarjeta donde sale una mujer enseñando los pechos. Puede que le sirva. Mire. -¡Perfecto! Salen pechos en la portada, me lo quedo. La postal en cuestión Y así unas cuantas más. Esta vez la clienta se fue satisfecha. Pero cada día piden cosas más…extravagantes.

La tienda de postales

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En estos tiempos de crisis generalizada en España no es fácil encontrar trabajo, pero sí en el Reino Unido. Tras dos meses de intensa búsqueda desde mi llegada a Londres me contrataron como dependienta. No es lo mejor, teniendo en cuenta que soy periodista, pero dado mi nivel de inglés, no estaba tan mal. Al menos no es un trabajo tan duro como el de servir cafés o fregar platos en la cocina de un restaurante. Vendo tarjetas de felicitación. Es una tienda tan específica, tan británica que en España un negocio así no funcionaría. De hecho, recuerdo que abrieron una igual, aunque muy pequeña, cerca de la Plaça del Pi, en el casco antiguo barcelonés, pero la cerraron al poco tiempo. A los barceloneses, y por extensión supongo a los españoles, nos gusta decir las cosas cara a cara. Scribbler en la estación de metro de Hammersmith Después de todo creo que mi trabajo sí que está relacionado con la comunicación. A través de los postales y tarjetas que vendo, los londinenses se comu